- Ante los índices de caída de casi todas las actividades, las empresas han tratado de no afectar el empleo, manteniendo posiciones aún sin tener cierto el futuro en cuanto a la demanda de sus productos o servicios.
- Es el momento de otorgar vacaciones pendientes -no gozadas- de períodos anteriores (en algunos casos, aún por el efecto de la Pandemia) y anticipar las que se devengan en el año 2024.
- Algunas realidades llevan a aplicar un régimen de suspensión de actividades con acuerdos con la Representación Sindical del colectivo de trabajadores. El Gobierno (Secretaría de Trabajo de Nación) no establece piso en el porcentual de Asignación No Remunerativa que se acuerde- a diferencia de la Administración anterior que no homologaba acuerdos por debajo del 75% de la suma neta del salario-. Sólo los actores sociales conocen la realidad del sector.
- Fue y es el momento de evaluar el desempeño de los empleados. Hasta el año pasado, la demanda de trabajo no permitía u obligaba a tener dentro del equipo de trabajo a quienes no tenían el compromiso o la actitud requerida.
- Se está volviendo cada vez más a presencialidad (menos días de teletrabajo). En muchos casos por pedido de los propios empleados que le permiten reorganizarse mejor en sus tiempos y agendas.